... o la reivindicación de nuestra calentura continental...
(la foto de arriba no tiene nada que ver con el tema, pero funciona como gancho publicitario)
Hace poco celebrábamos un cumpleaños en Valparaíso y una amiga justo regresaba de un viaje a Isla de Pascua. Así que nos contó de todo. Que la recepción a lo “isla de la Fantasía” (sin Tatoo, pero con collar de flores); que la juventud y sus carretes en los OTMP (only tipical music pub); que la comida y sus ricas empanaditas de atún; que el elevado costo de la vida (una leche cuesta luca… Habráse visto cosa igual!) y un largo y pascuense etcétera.
Sin embargo, lo que despertó mayormente mi atención fue el capítulo sobre los hombres de la isla. Entre talla y talla, el isleño típico de pronto se tomó la conversación y confirmé cuanto sondeo de opinión y conversación de happy hour ha levantado a Hotuiti hasta el sitial de adonis moreno.
Porque el isleño parece especial. Según la Xime (la amiga que volvía de esos lares), los hombres tienen estilo y son decididos. “Si una niña va pasando por la calle, ellos abren la puerta del auto y le dicen: ¡súbete!”, nos contaba. O mejor aún. No falta el que aparece, toma con fuerza a su “hembra”, la sube a su caballo y se la lleva a galope hacia el volcán. ¿Lo ven? Estilo y decisión. Todo eso sumado a torsos desnudos, pieles bronceadas, brazos fuertes y cabellos desparramados por el viento.
Así, las historias de Ximena siguieron entre cuerpos varoniles y musculosos, cuando de pronto se escuchó esa frase. Esa llamativa frase: “El isleño es super caliente”. Y no hubiese significado mucho, de no ser porque se acompañaba de sonrisitas cómplices y miraditas picaronas. Así, el apelativo de “caliente”, en el caso del isleño, parecía muy aceptado.
¿Así que el isleño es caliente?, me pregunté... Pues, ¿qué pasa si les digo que el hombre del conti es igual o más caliente? Es decir. Mientras las historias se restringen a la musculatura y los torsos desnudos, yo no intervengo. Pero cuando el grado de “calentez” surge como un “pro” del hombre de la isla -haciendo ver que se trata de un rasgo particular de su especie- me parece primordial reivindicar la calentura de nuestro varón continental.
Porque claro. Imagino que el ¡súbete! de un isleño desde su auto en las faldas del Rano Kau debe parecer más poético que el de cualquier chileno en las faldas del cerro de Renca.
También reconozco que hay matices. Así, lo más probable es que si un isleño arrastra a la niña hasta su caballo y la sube al volcán, quiera casarse con ella. Mientras que en el continente, una acción así es lo más parecido a la antesala de una violación. Por no decir que la violación es inminente.
Pero la actitud irresponsable de unos cuantos violadores o de los flaites que toquetean en el metro no puede menoscabar el silencioso paso de cientos y cientos de calientes anónimos que -sin cuerpos perfectos- llevan su calentura por el continente enfundada en torsos más blancos que una pantruca y coquetonas poncheras del porte de un embarazo de cuatro meses.
Sí. Soy uno de ellos. Y sé que muchos lectores se sentirán representados por este grito de justicia que intenta reivindicar nuestra líbido. Porque no somos Hotuiti. Porque no tenemos el porte ni el color. Porque no andamos a caballo ni arrastramos mujeres a los volcanes. Pero sí somos calientes.
Y vivimos calientes todo el tiempo, lo que merece mayor admiración y mérito, pensando que no se trata, la nuestra, de una tierra particularmente calurosa, donde las mujeres se paseen tan morenas y semidesnudas como ya hemos descrito para los isleños.
O sea, calientes y con doble mérito. Y a usted amiga y amigo lector… ¿no le parece caliente el autóctono continental?
Sin embargo, lo que despertó mayormente mi atención fue el capítulo sobre los hombres de la isla. Entre talla y talla, el isleño típico de pronto se tomó la conversación y confirmé cuanto sondeo de opinión y conversación de happy hour ha levantado a Hotuiti hasta el sitial de adonis moreno.
Porque el isleño parece especial. Según la Xime (la amiga que volvía de esos lares), los hombres tienen estilo y son decididos. “Si una niña va pasando por la calle, ellos abren la puerta del auto y le dicen: ¡súbete!”, nos contaba. O mejor aún. No falta el que aparece, toma con fuerza a su “hembra”, la sube a su caballo y se la lleva a galope hacia el volcán. ¿Lo ven? Estilo y decisión. Todo eso sumado a torsos desnudos, pieles bronceadas, brazos fuertes y cabellos desparramados por el viento.
Así, las historias de Ximena siguieron entre cuerpos varoniles y musculosos, cuando de pronto se escuchó esa frase. Esa llamativa frase: “El isleño es super caliente”. Y no hubiese significado mucho, de no ser porque se acompañaba de sonrisitas cómplices y miraditas picaronas. Así, el apelativo de “caliente”, en el caso del isleño, parecía muy aceptado.
¿Así que el isleño es caliente?, me pregunté... Pues, ¿qué pasa si les digo que el hombre del conti es igual o más caliente? Es decir. Mientras las historias se restringen a la musculatura y los torsos desnudos, yo no intervengo. Pero cuando el grado de “calentez” surge como un “pro” del hombre de la isla -haciendo ver que se trata de un rasgo particular de su especie- me parece primordial reivindicar la calentura de nuestro varón continental.
Porque claro. Imagino que el ¡súbete! de un isleño desde su auto en las faldas del Rano Kau debe parecer más poético que el de cualquier chileno en las faldas del cerro de Renca.
También reconozco que hay matices. Así, lo más probable es que si un isleño arrastra a la niña hasta su caballo y la sube al volcán, quiera casarse con ella. Mientras que en el continente, una acción así es lo más parecido a la antesala de una violación. Por no decir que la violación es inminente.
Pero la actitud irresponsable de unos cuantos violadores o de los flaites que toquetean en el metro no puede menoscabar el silencioso paso de cientos y cientos de calientes anónimos que -sin cuerpos perfectos- llevan su calentura por el continente enfundada en torsos más blancos que una pantruca y coquetonas poncheras del porte de un embarazo de cuatro meses.
Sí. Soy uno de ellos. Y sé que muchos lectores se sentirán representados por este grito de justicia que intenta reivindicar nuestra líbido. Porque no somos Hotuiti. Porque no tenemos el porte ni el color. Porque no andamos a caballo ni arrastramos mujeres a los volcanes. Pero sí somos calientes.
Y vivimos calientes todo el tiempo, lo que merece mayor admiración y mérito, pensando que no se trata, la nuestra, de una tierra particularmente calurosa, donde las mujeres se paseen tan morenas y semidesnudas como ya hemos descrito para los isleños.
O sea, calientes y con doble mérito. Y a usted amiga y amigo lector… ¿no le parece caliente el autóctono continental?
13 comentarios:
Es complicado eso de la "calentez" SANA claro esta, para el mundo del conti... O al menos para mi... No sabes lo sorprendente que es una calentez sorpresiva sea por el motivo que sea para un hombre que no estaba acostumbrado a esos avatares de la vida (y debo decirlo... si... primera vez que me sube la calentez extrema y disfrutable)
Aparte de eso mi hombre no es un Hotuiti (pero a quien le subiria la calentez con un hombre que parece que fuera a desarmarse de solo mirarlo???) A MI NOOOO SEÑORAS Y SEÑORES, yo prefiero a mi novio y a Umaña!!! oooooooobvioooooooooo!!!! son tocables besables apretujables y vivibles.... Normales! sencillos y honestos... que mas pedir???
ESAS SON LAS CALENTECES QUE VALEN LA PENA O NO???
Te quiero mucho amigo... Gracias por apoyarme en mis proyectos...
Besos calenturientos jajajajajajaj
yo me uno al grito de reivindicacion!
tenemos panza, no somos musculosos pero somos calientes!
yo me considero un caliente
y mi pareja me lo dice, y lo disfruta
tipica esa tontera de encontrar mejor lo del vecino..
anexo:
hotuiti el ser mas penoso de la tierra
un isleño domesticado??
yo si fuera de la isla lo mandaria a colgar... no se xd
bueno franco
saludos
bye;)
jajajaja es verdad!! A reivindicar al macho caliente del conti!!
Entre Hotu y mi esposo, ¡lejos! El Seba... veinte mil quinientas patadas, aunque sea más blanquito y menos musculoso (ojo, no dije gordito, jeje). Y de que es caliente, es caliente. =P
Saludos!
Que tal...
Veo que este es un blog de rápida actualización de post, por lo que si no me apuro quedo fuera...
Hace tiempo que buscaba algo de Umaña, un personaje de culto que hasta veo tiene su propia Iglesia a lo Diego Armando, bien por eso, aunque Ferreira no lo hace nada de mal ahora que es periodista político y de prensa en TVN...
Sólo darte una palabra de apoyo Franco porque me siento un pseudo admirador de tu pega, de hecho, siempre le digo a mi novia-colega periodista que si en Canal 13 se pudiera, me gustaría hacer algo parecido a lo que podís hacer tú en Estado Nacional...
Otra duda, ¿eres de Valpo?, ¿estudiaste en la UPLA?... fui al Sexy Show el año pasado como en septiembre y fue horrible, aún existía el mito de la escalera y las bancas, pero nunca me quedó claro si eran minas las que ahí trabajaban...
Bueno, me dí el trabajo de escuchar tus tres canciones y están bastante bien, un leve guiño a lo más suave de Miranda! en "Es lo que Hay", pero siempre es admirable la capacidad de componer algo...
Bueno, se despide un colega...
Rodrigo León
PD: Te incluí en el último artículo de mi blog
PD2: Te he visto en tu bici retro por Bellavista y es demasiado divertido Umaña pedaleando
PD3: El blog del mal reportero es demasiado similar al tuyo (¿quién copió a quién?)
Saludos
Hola rodrigo, soy Cristian, creador de www.malreportero.blogspot.com, posteo para defender mi blog y mi honra jajaja. La verdad es que soy muy amigo de Franco Ferreira (Joel Umaña para la masa) y las coincidencias de ambos blog es porque hay una afinidad en el sentido del humor entre ambas personas. Además, como dato freak, yo me siento parte importante del proceso fundacional del exitoso personaje a través de la elaboración de libretos en conjunto con el "rostro"... como olvidar cuando le pedimos a Borghi que participara de uno de los sketches o la tarde que piloteamos el personaje para "No podemos vivir sin Viña"... en fin, que bueno que hayas leido mi blog y espero leer pronto el tuyo. Mucha suerte y no pensemos en la copia, mejor pensemos que si somos más los idiotas que están escribiendo cosas el mundo se idiotizara (en buena) junto con nosotros chao...
Pero Cristian, pase por mi blog y postee por allá, para que el nexo sea más cercano y hagamos una comunidad puis!
Lo del parecido y la copia nunca fue en mala compa... No me expresé bien, ambos blogs tienen el mismo color y hasta una encuesta en el mismo lugar... sólo era una crítica superficial de formato...
Y na po' Franco, te doy una esperanza: cuando descubrí tu blog, hace como dos días teníai como 100 visitas menos, eso quiere decir que te está leyendo harta gente, después te tendré que pedir yo que mandes los contactos pa allá, jaja!
Bueno, estemos leyéndonos y la dura, está bueno Estado Nacional!
Slds
Rodrigo León
Y únanse al fenómenos de la interné!
http://mundoleonparati.blogspot.com/
Amigo mío.
Aquello de la calentez me quedó dando vueltas. Y a juzgar por algunas manifestaciones que de tanto en tanto veo en mi propio organismo, me declaro culpable de calentura. Y es muy cierto que lo más fácil es ser caliente entre volcanes, atunes, caballos y moais.
Lo difícil y verdaderamente interesante es ser caliente acá, en un país como el nuestro, lleno de sinsabores y de mujeres que van a descubrir la calentura fuera de nuestras fronteras regionales.
Un saludo y un abrazo, pero nada más, que capaz que me caliente.
"Hace tiempo que buscaba algo de Umaña, un personaje de culto que hasta veo tiene su propia Iglesia a lo Diego"
Señoras y señores al fin alguien reparo en la existencia de la Iglesia Umañiana de la cual soy fundadora... Amigo soy feliz sumaremos mas adeptos ooooh si!!! viste? no era una idea tan volatil la mia asi que infla tu pecho no mas.....
"en un país como el nuestro,lleno de sinsabores y de mujeres que van a descubrir la calentura fuera de nuestras fronteras regionales."
mi vida.... el conti esta lleno de sabores te dire... algunos mas agrios que otros pero sino no seria vida... no seria honestidad... no seria individualidad y tampoco existiria el coraje, la fuerza, y la humildad (mezclas raras pero si me conocieran sabrian por que las hago). Por otro lado mi hombre caliente y que me calienta es del conti tb... que mas pedir??? ah si.... No generalice, mire que yo por lo menos no conozco la Isla, menos a un isleño a lo Hotuiti y tampoco me interesa....
HE DICHO!!!
besotes mi Franco, ya termine todos esos tramites que te mencione en la mañana, lo malo es que me resfrie por ir de "tia psicologa" al centro....
Oye me harias una columna acerca de las "ramplitas ascensores" traidas de Francia por el metro S.A???? quiero hacer catarsis!!!!!
Si, al igual que bjito" me sumo al grito de reivindicación.
Muchas gracias por tu comentario ;) me encantó tu Blog, te agregaré a mis Links para visitarte muuy seguido desde hoy.
Nos leemos (f)
Querido Franco, acabo de comprobar que tenía razón cuando te decía que a veces era necesario conversar sólo con las amigas para compartir este tipo de temas, a propósito de mi paso por Rapa Nui. De todos modos me ha parecido muy necesaria la reivindicación porque lo de la isla es una aproximación a la fantasía, lo que no ocurre muy a menudo entre las premuras capitalinas o las fugas de gas en Valparaíso. Debo decir, eso sí querido colega, que Hotu Iti es el peor ejemplo que haz podido mencionar. Hubo alguien que posteó sobre esto. El continentalizado modelo no es precisamente la representación de LO Rapa Nui. A modo de anécdota, iti quiere decir pequeño...jaja. Pero hablando en serio no es por eso que digo que él es mal ejemplo, sino porque el rapa es caliente no por la facha o la musculatura o una cosa sólo física. Es, como dice el olvidado Fito, una cuestión de actitud. Simple y pura actitud.
Eso sería amiguito, me gustó mucho tu blog. Ya espero una junta en El Abasto para contarte otras historietas que te lleven a reflexiones tan horny como la de esta tarde. Lo digo pr el bien de la colega. Je!
Cristo Jesús, Xime!!! Qué agrado tenerte por aquí. Planeaba invitarte a conocer el blog, pero veo que diste con él por tus propios medios. Sobre tu comentario, acuso recibo (mira cómo conozco la jerga) y debo decir que las reuniones con ustedes no me parecen "de happy hour", pero vaya si eso resultaba bien para el relato.
Eso y el resto, es pura exageración. Ya sabes, me gusta el teatro y aplico algunas formas de la sátira y la ironía, más la caricaturización de los personajes y eventos... Es que estos griegos inventaron tanta cosa interesante, no?
Ah, y por supuesto que nos veremos en El Abasto (el bar que la lleva, a pasos de la Plaza Aníbal Pinto)
Besos y saludos!
El dilema, que quizás es donde le achunta el isleño, es el coincidir la calentura de uno con la del otro. Si ese punto se encuentra y coincide estamos dados. Creo que además, eso de cabalgar bien le agrega algo al tema.
Saludos
Jeje. Es cierto. El tema del caballo puede ayudar. Aunque me hicieron otra acotación hace unos días. Sobre que, no es sólo que en la isla sean más calientes, si no que tienen un físico más ad hoc para esas materias. Ahí se fueron en picada contra nuestras guatas blancas, jejeje.
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