La estupidez nuestra de cada día (¡¡¡EXCLUSIVO!!! columna con gag inédito!!!)

Nadie es perfecto. Lo interesante es saber cuán imperfecto podemos llegar a ser. Y uno siempre tiene sus episodios de estupidez que le hacen recordar lo imperfecto que es.

Recuerdo uno en que, para no quemarme los labios con el té caliente (como me suele ocurrir), tuve la astuta idea de ponerle una bombilla a la taza. Y una vez puesta en el recipiente, pues la usé.

Imagine la acción, amigo lector, y entenderá que en vez de quemar mis labios, lo que conseguí fue desgarrar de dolor toda mi garganta, mientras el líquido veloz y más caliente que nunca, buscaba camino hacia el interior. Una soberana estupidez.

Y tan estúpida fue mi idea que, a pesar del dolor, no pude evitar reírme. Y mucho. Reí y reí, porque pensé que no podía ser tan idiota como para haber hecho eso. Pero lo fui.

Así mismo, todos tienen su historia. Hace poco me enteré de alguien que -por ejemplo- desarmó su plancha antes de comprobar que se le había cortado la luz en su casa… Y esa es tierna. Debe haber otras peores.

Pero en fin. Toda esta insustanciosa reflexión para presentar una estupidez que a más de alguien podría ocurrirle y que registré en video junto a la actuación de mi buen amigo Cristian Herrera y la cámara ágil de mi buena novia, Adriana Tapia.

Por lo mismo, no seguiré escribiendo, ya que el peso de este post se lo lleva el material audiovisual. Como dice el dicho. Una imagen con audio vale más que mil palabras sin audio.

El video contiene la recreación de una situación que podría ser real, pero Dios quiera que no… Porque es terrible (Todos los derechos reservados de “Cuchillo de Palo” 2007)

Me comentan el chascarrillo. Y gracias por venir.