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Espejito, espejito...
El baño de mi trabajo no posee gran peculiaridad. Encuentra allí usted la fundamental taza. Su lavamanos. Un surtidor de jabón, un basurero pegado a la pared, dos artefactos no del todo cómodos, desde donde se obtiene papel y toalla absorbente (el día que Nova auspicie este blog diré con propiedad Toalla Nova… antes jamás) y un graaaan espejo, del tamaño de tooooda la muralla, justo detrás del water.
Sí. Todo normal. Y debo decir que los baños son iguales para el caso de hombres y mujeres. Sin embargo, y por eso mismo, quiero detenerme -si usted me lo permite- un segundo en el espejo, porque habrá reparado que sobre él dije: “graaaan espejo, del tamaño de tooooda la muralla”.
Supongo que para las niñas, el adminículo ha de convertirse en todo un aliado a la hora de ir al baño. Es grande, permite acicalarse el cabello, la ropa y probar la mejor cara y postura para volver a salir al siempre rudo mundo laboral, ubicado a metros cruzando la puerta.
Parece el amigo perfecto. Ese que a cada señorita ayuda y aconseja cuando se le requiere en la intimidad del lugar. El mismo que guarda respetuoso silencio y caballerosa distancia cuando ella… bueno… cuando ella orina.
Sí. Porque ella orina sentada y de espalda al famoso espejo. ¿Pero y uno?
Uno queda de pie frente a ese tío. Uno queda ahí. La cosa es frente a frente. Uno mismo, el espejo y… bueno… él. Forzosamente, en la circunstancia descrita, lo vemos a él (y usted sabe a quien me refiero, no se haga). No es que tan sólo le veamos a la pasadita. Aparece ahí, reflejado ante nosotros, con la majestuosidad que a cada quien le corresponda y ventilando su ¿humanidad? todo el tiempo que el ejercicio nos demande.
Sepa usted que el hombre enfrentado a ese instante no puede escapar. Ahí está él. Y uno le quiere, uno le escucha, uno le cuida. No obstante, la crudeza de la imagen no deja de resultar inquietante y por lo menos un tanto agresiva.
Supongo que la dama no vive esta reflexión junto a su sexo, porque de hecho orina sentada y de espalda al espejo. Teoría que se me caería por el suelo si llego a enterarme que la mujer del siglo XXI, tan desprejuiciada ella, no se sienta ya para esos menesteres y ejecuta la acción de pie mirando cara a cara su reflejo.
Sea como sea, el asunto es que el baño de mi trabajo no posee gran peculiaridad. La fundamental taza, su lavamanos, un par de otros elementos y el espejo enorme en la muralla, justo frente al sitio donde orinamos de pie. Sí. Es altamente probable que el lector (o más bien, la lectora) no descubra en esta idiotez llevada a las letras el más mínimo interés. Pero le hago el desafío. Orine sobre un espejo.
Video ::: Mr. Bean nos recrea un bonito momento en el baño del trabajo. A propósito, ¿no?
6 comentarios:
notable reflexion y creo que ya me fui en la volá con la pregunta que te acabo de hacer en msn... jajajaj pero de verdad... Es inquietante para mi aquella imagen... sobre todo por que "aquellos reflejos" son con aumentos considerables (por que será? jajajaj)
En fin, creo que si, yo no tengo tanto poder de elongacion y de hecho en pocos espejos de este mundo me alcanzo a ver ya que son todos pensados para mirarse de pie y solo de medio cuerpo y comprenderas que me veo solo el cabello...
ya... creo que me fui en otra volá... Notable como siempre mi querido... me encanta leerte (y como te dije recien, me gusta que te guste que me guste lo que escribes)
Un besote y te quiero muchisimo...
saludos franco...muy bueno su blog
muy bueno en lo que hace..sigue asi
se despide dr mortis a.k.a DONY RCV SUX!
Buen Blog Compañero!!!....interesante diseño de arquitectura especificar espejo detras del la taza de baño....aunque debe ser incomodo...por suerte no me ha tocado....jaajjaja....aunque en el mall estan los urinarios con propaganda a la altura de la vista.
Genial tu blog!..el mio es un poco mas fome...ajjajaja....
Saludos!!
Saludos a Francisco Vidal...ajajaja
Qué alegría ver por aquí a mis compañeros RCV. Y gracias por la buena onda. Se hace lo que se puede. Pequeño Bello, ya le dí los saludos a Pancho Vidal. Ah, Sr. Dony, está viivendo en santiago? sáqueme de esa duda, plis.
Un abrazo
Hola Franco!
Me tomé la libertad de venir a saludarte, aun cuando no nos conocemos.
Me reí mucho con tu posteo, en verdad debe ser bien incómodo eso de orinar frente a tu imagen... porque independiente de poder mirar al individuo al que haces alusión, no creo que haya nada más fome que mirarse haciendo pís... con cara de nada! Porque ni siquiera hay que concentrarse, no?
En fin...
Saludos!!
Andy!, pero qué gusto. Pase cuando quiera por aquí no más. Es un agrado saber que ha visitado el blog. Yo también le he dado una vuelta al vuestro y ya está linkeado desde aquí.
Siéntase como en su blog.
Y saludos a mi estimado compañero.
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